Ya no borbolla el agua de los charcos.
Las abejas zumban.
Los pájaros chían.
Un paisaje reluciente clama anhelos.
Las abejas zumban.
Los pájaros chían.
Un paisaje reluciente clama anhelos.
Ha cesado la lluvia, cierra tu paraguas.
Déjame ver tus muslos abrirse al sol.
Tus pechos maduros como magnolias.
Tus labios jugosos de almíbar y besos.
Tus ojos implorándome que hunda
mi descomunal verga enardecida
dentro del cráter ardiente
de tu volcán de miel caliente.
Y allí, tendidos en la hierba mojada,
como animales ensimismados
entre el sosiego de los árboles
y la placidez de la pradera,
entre lo carnal y lo divino,
yo te susurro al oído:
- Soy tu caracol lúbrico
brillando de amor,
tu eres mi mariposa libidinosa
que liba gota a gota
el néctar de una flor.-
Y tú que me sonríes
bajo el Arco Iris.
Déjame ver tus muslos abrirse al sol.
Tus pechos maduros como magnolias.
Tus labios jugosos de almíbar y besos.
Tus ojos implorándome que hunda
mi descomunal verga enardecida
dentro del cráter ardiente
de tu volcán de miel caliente.
Y allí, tendidos en la hierba mojada,
como animales ensimismados
entre el sosiego de los árboles
y la placidez de la pradera,
entre lo carnal y lo divino,
yo te susurro al oído:
- Soy tu caracol lúbrico
brillando de amor,
tu eres mi mariposa libidinosa
que liba gota a gota
el néctar de una flor.-
Y tú que me sonríes
bajo el Arco Iris.
Un zambullido de color y poesía.
ResponderEliminarUn abrazo Joan.