Soy la bestia descarriada en un mundo que le es extraño e incomprensible, que ya no encuentra ni su hogar, ni su ambiente, ni su alimento.
El lobo estepario,
Hermann Hesse.
Cada vez me interesa menos todo
Voy a olvidar todo lo que he sido
Quemaré todas mis naves
Abandonaré la muchedumbre sin dejar rastro
Dejaré que me crezca el pelo y las uñas
Caminaré descalzo hasta sangrar y el sol quemará mi piel
Estaré a punto de morir dentro del ojo de un cuervo
Hallaré mi pálpito en el corazón del bosque
Liberaré mi espíritu para que trepe a los árboles
Imitaré el trino de los pájaros al amanecer
Me disolveré como una piedra en el agua de los ríos
Me tumbaré desnudo sobre la hierba viendo pasar las aves
Dejaré que la lluvia se deslice por mi piel y me cubra de barro
Con uñas y dientes ascenderé las montañas más cerca del cielo
Pisaré la nieve que nadie ha pisado
En la soledad de la cumbre percibiré
Los últimos destellos del horizonte
Volveré a creer en los dioses
Estaré a merced del viento y del rayo
Sentiré el frio de la noche bajo las estrellas
Y cuando la luz de la Luna se apodere de mis pupilas
Dejaré de ser hombre para ser animal salvaje.
No creo que te puedas convertir en un animal salvaje, tienes cara de buena gente.
ResponderEliminarQué buen poema. Trae a la luz el mito del hombre lobo. Licantropía en noches de luna llena...
ResponderEliminarLa luna siempre tiene algo de mágico.
ResponderEliminarBesos.
A esta danza me apunto
ResponderEliminarSaludos
Mejor animal salvaje que mala persona, ¿no te parece? La luna, te lo digo yo, obra milagros.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Una relación de autoproposiciones, que respeto. Mas, ¿aún no habías percibido el animal salvaje que conforma una parte de cada individuo?
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