Yo amo la intimidad de los suicidas,
la oscuridad, el miedo de los héroes
y esta alegre tristeza
que todavía es vivir.
Omar González
No esperaba a nadie,
a nadie,
ni siquiera a un recuerdo.
En el fondo de todas las horas
hay una hora vacía
sorda y estéril
con el peso de todos los muertos
silenciosos.
Y podía ocurrir.
Porque estaba solo.
Porque era de noche.
Porque llovía.
Había una botella vacía
sobre la mesa.
Había una viga.
Había un gancho.
Había una soga.
Por un milímetro.
Por un segundo.
Pero se abrió la puerta.
Y por fortuna pude escuchar
cuán rápido el corazón me latía.
Y por fortuna se coló por la ranura
la luz del amanecer
y el desafío de un nuevo día.
El único consuelo que tenemos es esa hora o aquella en que nuestra vida, contra toda probabilidad y contra toda expectativa se abre de pronto y nos da todo lo que hemos imaginado...
ResponderEliminarQue oportuno ese rayo de amanecer, que regalo, que oportunidad tan única.
hermoso, todo entero, con viga y con esperanza incluida. Un abrazo impetuoso y sendos besos en la cara mi amigo.
No comparto tanto esa fortuna, pero cada día aprecio más tu poesía.
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Merece siempre la pena porque es imprevisible la vida: nunca sabes cuándo recibirás una visita que abra las ventanas, o cuando decidirás reventar los postigos por tu cuenta. Pero ciertamente hay, ha habido, noches eternas. Por eso puedo decir que has plasmado ese género de desolación magistralmente. Besos.
ResponderEliminarAfortunadamente se coló la luz de un nuevo día, siempre habrá un nuevo día.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Impresionante Joan. Esos momentos tan malos por los que muchos pasan y que te encuentras desesperado, viendo como una salida el suicidio... y de repente esa luz qu ese cuela de un nuevo amanecer y el corazón te va a mil... ¡fantástico!.
ResponderEliminarAbrazos soleados.
La luz que nos invade en cada amanecer, es luz de esperanza.
ResponderEliminarBello poema.
Gracias por dejar un comentario en mi blog.
Uff, que fuerte eso que me has dejado escrito. No conzoco un blog mas esaborío que el mío, pero te agradezco tus palabras. Ttrataré de venir aquí algunas veces. Gracias.
ResponderEliminarMe ha gustado, Joan, este poema tuyo, es un canto a la vida. Un abrazo otoñal.
ResponderEliminar" Ni siquiera a un recuerdo "
ResponderEliminarY vino la Luz que, al final, es lo único que nos salva de las tinieblas.
Supongo que es una fortuna vivir un día más aunque a veces uno sienta que ese desafío pesa como una condena.
Me quedaré con ella.