Oh, criatura delicada,
no he podido evitar
susurrarte versos de amor
y regalarte flores todos los días.
Me estremezco
al sentir tu corazón palpitante
encerrado en mi puño.
No soy tu ángel anhelado,
yo soy un monstruo sediento
que vaga por las noches de los tiempos
arrastrando sus cadenas.
Soy ese demonio del amor
capaz de despedazarte entera
de devorarte poco a poco
con la ternura de mis caricias
y la dulzura de mis besos.
no he podido evitar
susurrarte versos de amor
y regalarte flores todos los días.
Me estremezco
al sentir tu corazón palpitante
encerrado en mi puño.
No soy tu ángel anhelado,
yo soy un monstruo sediento
que vaga por las noches de los tiempos
arrastrando sus cadenas.
Soy ese demonio del amor
capaz de despedazarte entera
de devorarte poco a poco
con la ternura de mis caricias
y la dulzura de mis besos.
Excelentes e inquietantes versos llenos de romanticismo.
ResponderEliminarTu corazón palpitante encerrado en mi puño. Hermosísima metáfora.
Besos.
Me gusto mucho este poema, aunque pensé en Drácula. Pero creo que Drácula tiene esas dos caras: Ser ese monstruo sediento y además tierno y dulce.
ResponderEliminarFelicitaciones.
preciosas letras, precioso blog y mil gracias por tu comentario. Tenemos amigas comunes, por cierto. Un saludo
ResponderEliminarPues yo también quiero "seguirte", así que te dejo aquí un fuerte abrazo y ya sabes que me encantan tus aullidos.
ResponderEliminarummm con ese puntito de deseo, ganas de amarla e incluso de comerse su corazón.
ResponderEliminarinteresante. Fu, aquí tienes una rendida admiradora.
Tengo una curiosidad ¿qué ha sido primero la imagen o el poema?
ResponderEliminar¡Coño!...esto duele, amigo; que bien lo has descrito, al muy cabrón...ah, el amor.
ResponderEliminarEsto si que es una grata sorpresa, amigo; ya andaba yo medio jodido por tu baja en buho, y mira por donde nos hemos encontrado. Vendre, por supuesto.
Salud, artista.
Que bueno es este poema.
ResponderEliminarMuy bien hilado.
Saludos.