El funambulismo no necesita ni explicación ni mediadores, tampoco los necesita la poesía, pues ambos se basan en la emoción de contemplar el vacío en un instante efímero de creación que se consume en su propia pureza.
-Funámbulus-

jueves, 12 de enero de 2012

EL ARBOL DE LA VIDA

                  Tu cabello encanece entre mis manos
                                             y como aguas silenciosas
                                                       nos abandonan los recuerdos.


Muy atrás queda todo.
Aquel momento luminoso
en que nos conocimos.
Nuestro amor inexplorado.
Aquellos años locos
como potros desbocados.

Ahora déjame amarte despacio
con el espíritu apaciguado
bajo la mansedumbre de este viejo árbol
que nos cobija.

Deja que mis dedos fatigados
peinen la calma de las horas
entre tus cabellos plateados.
Deja que mis tiempos tardíos
concluyan sus días
en este rincón de tus ojos
donde giran los astros.

Ahora quiero ser feliz con sólo pensar
que me aguarda un crepúsculo único
junto a ti.


4 comentarios:

  1. Los ritmos cambian con el tiempo, aunque éste no siempre desgasta. Son muy reacios a la erosión ciertos sedimentos. Besos.

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  2. Bello poema, especialmente la penúltima estrofa.

    Me gustó mucho.

    Saludos cordiales.

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  3. ¡Precioso! Es una maravilla pensar así.
    Yo también quisiera envejecer al lado de mi amor.
    Te deseo, de corazón, que todos esos buenos sentimientos los hagas realidad.
    Te dejo mis cariños y mi saludos, por ser la primera vez que entro en tu casa.

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  4. Te felicito.
    Es uno de los poemas más tiernos y bellos que he leído.

    Bravo!!!

    Saludos.

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