Aquí estoy inmóvil, más estancado que un vicio,
agazapado, como un lobo antropomórfico,
esperando el momento más oportuno
para saltar sobre la presa más decente.
Mientras tanto construyo
los palíndromos más obscenos
para escándalo de las criaturas angelicales.
Es complicado confraternizar
cuando uno tiene el aliento nauseabundo.
Aquí cuelgo mis vísceras
pero sé que algo esplende.
No hay comentarios:
Publicar un comentario