Un día harto de todo
dejé de fingir.
Me echaron del trabajo.
Mi mujer y mis hijos me abandonaron.
Los acreedores se quedaron con todo.
Me quedé sin amigos.
Dormí tirado en la calle
bebiendo vino barato
y revolcándome sobre mis propios orines
como un animal marcando su territorio.
Tengo pelo por todo el cuerpo
y me he convertido en un hombre lobo.
En una noche de luna llena
me tendí en la vía del tren
para dormir la cogorza
y por fin sucedió.
Ahora la vida es hermosa
y ando por ahí dando tumbos
con mi cuerpo decapitado
y mi cabeza sonriente bajo el brazo.
Soy invisible, nadie me ve
y mi felicidad es infinita.
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